"Cambiar el mundo, amigo Sancho, que no es locura ni utopía, sino justicia." Esto lo escribió Miguel de Cervantes en Don Quijote de la Mancha. Mahatma Gandhi también escribió sobre el tema: “Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo.” Y por último, Buenaventura Durruti en una entrevista dijo: “A nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones y ese mundo está creciendo en este instante.”
Pongo estas tres citas porque creo que vienen muy al caso en esta época de crisis por la que estamos atravesando. Parece que la mayoría de los ciudadanos de este país andan “indignadísimos” con los políticos, con el Gobierno, con el sistema, etc. Pero es curioso que esa indignación de la que muchos hacen gala, se convierta rápidamente en resignación cuando llega el momento de pasar de las palabras a los hechos. Y es que, el capitalismo, mediante sus voceros se encarga a diario de meternos el miedo en el cuerpo. José Martí afirmó que: "Los malos no triunfan sino donde los buenos son indiferentes”. Eso lleva ocurriendo miles de años, pero en el momento que las personas buenas se levantan y hacen frente, la cosa cambia. Cada cual puede rebelarse de diferentes maneras. Como lo hizo Gandhi, mediante su pacifismo activo. O como Durruti, dándole al enemigo a probar de su propia medicina. Lo importante es huir de la desidia, de la indiferencia. Porque si no eres parte de la solución, te conviertes en parte del problema.
Es comprensible que el salir a la calle y señalarse (sobre todo en los pueblos) por defender unos determinados derechos le cueste mucho trabajo a más de uno, pero defender esos derechos debería ser una obligación de todo ciudadano consciente, porque nuestros padres y abuelos lucharon para que nosotros tuviéramos un porvenir, el mismo que está siendo pisoteado en nuestra cara por el poder económico y político.
Los próximos días, 27 y 28 de agosto, habrá una marcha que saldrá desde el Puerto de Santa María, pasará por Puerto Real y concluirá en Cádiz. Convoca el SAT, el que parecer ser uno de los pocos sindicatos que hacen algo por los trabajadores andaluces. Hagamos cierta aquella frase de Marcelino Camacho: "Ni nos domaron, ni nos doblaron ni nos van a domesticar"
Miguel Ángel Rincón Peña