Hace ya dos años que cambié de centro de trabajo, pero aunque haya pasado el tiempo, lo recuerdo con mucho cariño. En el aula específica del CEIP San Francisco de Arcos de la frontera, pasé los que, seguramente, fueron los mejores años desde que me dedico a esto de la educación especial. Aquellas compañeras aún son mis compañeras, y aquellos niños y niñas, aún son “mis niños”. Así los considero yo, porque el paso del tiempo no siempre significa olvido. Y es que, el ser maestro, profesor o monitor de educación especial, es mucho más que un simple trabajo, es una devoción que uno (si no hubiera que pagar facturas) haría aunque no le pagasen ni un sólo euro.
Me he acordado ahora de todo esto porque acabo de leer en este periódico, que la asociación Difuarcos por fin inauguró, hace unos días, su sede local. Difuarcos nació, en cierta manera, en el aula específica del San Francisco. Porque las madres y padres del alumnado del aula son, ante todo, unos luchadores natos, a eso no hay quién los gane. Yo creo que sus hijos los hacen ser así, mejores personas. Estos niños reparten dosis de amor y cariño sin pedir nada a cambio, y cuando nos miran a los ojos, transmiten algo que es imposible de plasmar en el papel. Eso, queridos lectores, hay que vivirlo por uno mismo. Yo, cada día soy mejor persona porque esos pequeños (en estatura, grandes en corazón), me enseñan a serlo, y por ello, y por muchas cosas más, les estoy profundamente agradecido.
En fin, como iba diciendo, esas madres y padres, con la ayuda de Fegadi (inmenso trabajo el de esa federación) y los profesionales de la citada aula específica, han conseguido abrir un espacio para que sus (mis) niños, puedan seguir recibiendo una atención especializada sin tener que desplazarse a otras localidades vecinas. Un pueblo como Arcos, necesitaba algo así desde hacía tiempo, y han tenido que ser estos familiares los que hayan dado el paso adelante, sirviendo de digno ejemplo a las instituciones públicas, que como casi siempre, suelen ir muy por detrás de las necesidades reales de la gente. Dicho esto, tal y cómo está el patio, es de agradecer que el ayuntamiento haya colaborado en algo tan importante para Arcos. Mi enhorabuena a todas las partes implicadas, y feliz Feria a todos/as.
Miguel Ángel Rincón Peña.