Me dicen algunos lectores que escriba más sobre política, pero de un tiempo a esta parte me cuesta la misma vida hacerlo, porque en teoría, está ya todo dicho y en cambio, en la práctica sigue todo por hacerse. Me cansa hablar de un Gobierno que aprueba leyes por decretazo, amparándose en su mayoría, al parecer, “absolutista”. Me cansa en demasía escribir sobre Montoro, el ministro de la manipulación y el embuste, que tal y cómo está el país, se atreve a salir en rueda de prensa diciendo que “cuando España se levanta asombra al mundo entero” ¿Se imaginan qué respuesta le hubiera dado José Antonio Labordeta? Pues eso. Me entra una desidia enorme tener que hacer referencia a señoritos/as, caciques y demás personajes que pueblan los parlamentos del reino de España. También es cierto que a veces, se hace necesario dar un buen repaso a la actualidad política nacional, regional o local, pero casi siempre tapándose uno la nariz. Y que no se enfade ningún político, pero esa desafección a la política institucional -y sé muy bien de lo que hablo- no es culpa del Pueblo, aunque es evidente que el electorado tiene su parte de responsabilidad.
Desde hace muchos años, tengo la certeza de que la lucha está en la calle. Ahí también se hace política, la política del Pueblo, de la ciudadanía, de los que no se sienten representados en los plenos y parlamentos, de los defraudados con esos políticos que gobiernan para el Capital en vez de hacerlo para el Pueblo que lo eligió. Debería ser delito incumplir un programa electoral, debería estar penado mentir a la gente desde un cargo público.
A mí siempre me gustó decir las cosas muy claras, que se entiendan bien, nada de trabalenguas cuando se trata de dar mi opinión sobre temas de interés general, y en estos momentos, mi opinión sobre un sector muy amplio de los políticos es la que es. Por supuesto, ni que decir tiene que existen personas que están en política por convicción ideológica y para ayudar a construir una sociedad mejor…
En fin, el tema es que yo iba a escribir esta semana sobre la playita del Santiscal, del proyecto de la piscina cubierta, y del Arcos Urbano, y ya ven que al final, nada de nada. La semana que viene me centro en la cuestión. Hasta entonces, tengan ustedes una buena semana, protéjanse del Sol así como del Gobierno, queman por igual.
Miguel Ángel Rincón Peña