Se me hace inevitable escribir esta semana sobre los desafortunados sucesos que acaecieron, a lo largo de esta semana, en Valencia. El movimiento estudiantil decidió salir a la calle a manifestarse en contra de los recortes a la Educación, y así lo hicieron. Algunos de ellos cortaron una calle y fue entonces cuando efectivos de la Policía nacional entraron en acción. Mediante las televisiones y también por internet, gracias a videos subidos por los propios estudiantes, pudimos ver cómo miembros de la Policía nacional se extralimitaban y reprimían a palos, patadas y empujones a todo el que pillaran delante, fuera estudiante, padres, o viandantes que pasaban por allí en aquel momento. Lamentable ver imágenes de policías pegándole palos a niños y niñas menores de edad. También es tremendo escuchar al jefe superior de la Policía de la Comunidad Valenciana, Antonio Moreno, calificando a los estudiantes como “el enemigo”, haciendo gala de una actitud chulesca y fascista.
¿Se imaginan ustedes que esas acciones policiales de represión contra el movimiento estudiantil hubieran sucedido, por ejemplo, en Cuba o en Venezuela? Ahora todos los medios de comunicación españoles estarían dedicando tiempo y recursos a criticar esas terribles dictaduras que reprimen ferozmente a jóvenes estudiantes. Así somos de hipócritas en este país.
En realidad, los estudiantes de Valencia nos han dado toda una lección de lucha al conjunto de la ciudadanía, que parece estar aletargada y sin sangre en las venas. Da igual que los Bancos, con la complicidad del Poder, desahucien a familias enteras de sus hogares, da lo mismo que suban los impuestos a los que menos tienen, da igual que haya cinco millones de personas paradas, da lo mismo que más de once millones de personas estén en riesgo de pobreza en España. Y mientras, los sindicatos mayoritarios CCOO-UGT, subvencionados hasta decir basta y con sus estómagos llenos. Pocas ganas tienen de protestar, no sea que el PP les quite las asignaciones económicas y tengan que ponerse a trabajar de verdad. Pues nada, así están las cosas en el muy democrático reino borbónico. Por cierto, España está ya en recesión y se mantendrá en números rojos durante todo el año. ¡Casi ná!
¿Se imaginan ustedes que esas acciones policiales de represión contra el movimiento estudiantil hubieran sucedido, por ejemplo, en Cuba o en Venezuela? Ahora todos los medios de comunicación españoles estarían dedicando tiempo y recursos a criticar esas terribles dictaduras que reprimen ferozmente a jóvenes estudiantes. Así somos de hipócritas en este país.
En realidad, los estudiantes de Valencia nos han dado toda una lección de lucha al conjunto de la ciudadanía, que parece estar aletargada y sin sangre en las venas. Da igual que los Bancos, con la complicidad del Poder, desahucien a familias enteras de sus hogares, da lo mismo que suban los impuestos a los que menos tienen, da igual que haya cinco millones de personas paradas, da lo mismo que más de once millones de personas estén en riesgo de pobreza en España. Y mientras, los sindicatos mayoritarios CCOO-UGT, subvencionados hasta decir basta y con sus estómagos llenos. Pocas ganas tienen de protestar, no sea que el PP les quite las asignaciones económicas y tengan que ponerse a trabajar de verdad. Pues nada, así están las cosas en el muy democrático reino borbónico. Por cierto, España está ya en recesión y se mantendrá en números rojos durante todo el año. ¡Casi ná!
Miguel Ángel Rincón Peña