Los lectores más mayores, recordarán aquellos tiempos en que en las casas, por las noches, se encendían los quinqués, los candiles y las velas para iluminar la estancia. Hoy en día, los quinqués han quedado como objetos de decoración y coleccionismo.
Pues parece que el pasado vuelve con fuerza, porque en octubre vuelve a subir el recibo de la luz. Se trata del mayor aumento del año, después del 3,2% de agosto. Desde enero de 2012, el recibo se ha incrementado en un 11%.
De un tiempo a esta parte, se han puesto muy de moda los atracos a mano armada que los consumidores sufrimos diariamente. Si vamos a repostar a una gasolinera: atraco. Si compramos la bombona de butano: atraco. Con las facturas del móvil, internet, las comisiones bancarias, etc. Atraco tras atraco. Todo sube menos los sueldos y las prestaciones sociales. Al final, vamos a tener que poner en práctica aquella teoría del decrecimiento, que no es otra cosa que frenar el ritmo de vida que la sociedad capitalista nos impone. Según sus partidarios, el decrecimiento es una corriente de pensamiento político, económico y social favorable a la disminución regular controlada de la producción económica con el objetivo de establecer una nueva relación de equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, pero también entre los propios seres humanos. No es que yo esté totalmente de acuerdo con esa corriente decrecionista, pero sí creo que es necesario que los consumidores nos paremos por un momento a reflexionar.
¿Se imaginan ustedes una huelga de consumidores? No tenemos ni idea del poder que tenemos los consumidores si nos unimos. Pero claro, el problema es el de siempre, el individualismo, la falta de consenso y unión entre los “atracados”. Mientras, en el lado contrario, el de los “atracadores”, existe una perfecta unión y armonía. Por ejemplo, en estos días, el Círculo de Empresarios plantea recortar el salario mínimo interprofesional para los jóvenes en paro. El Ministerio de Sanidad va a establecer el copago farmacéutico para los pacientes no hospitalizados a partir del 1 de octubre, y los enfermos crónicos pagarán el 10% de su medicación hospitalaria. Atracos sin compasión. Y la gente calladita, que como se proteste demasiado llueven palos, detenciones y multas. Así es el Capitalismo.