Hoy, no sé cómo, me ha llegado al correo el famoso libro titulado Cincuenta sombras de Grey, en Pdf. Iba a leerlo un poco, por curiosidad, pero estoy ya mayor para esa clase de lecturas, así que lo mandé a la papelera de reciclaje. Los “best seller” nunca fueron mi fuerte, prefiero otra clase de libros.
Cincuenta sombras de Grey es una novela erótica, y me hizo recordar libros como La filosofía en el tocador, novela atribuida al Marqués de Sade, o el mismísimo Kama Sutra de Vatsiaiana. La literatura erótica está bien para, entre otras cosas, despertar la imaginación. Recuerdo que el Kama Sutra lo leí cuando yo tenía unos quince años. No me enteré de nada, pero las ilustraciones del libro me las aprendí casi todas. Luego cuando uno ya tiene una cierta edad más madura, vuelve a releerlo y se da cuenta que es un libro de arte erótico en el que no sólo se exponen posiciones sexuales, sino que explora las relaciones, en general, entre los hombres y las mujeres.
El Kama Sutra, fue escrito en la India, y allí aún hoy, a la mujer la consideran un ser inferior al hombre, por lo que yo pensaba que dicho libro sería un reflejo de esas creencias y se le daría un papel secundario en el ámbito erótico, considerándola sólo como un instrumento para el placer masculino. Pero a mi opinión, sucede todo lo contrario, en el Kama Sutra, la mujer adquiere una igualdad absoluta con el hombre. He investigado un poco sobre el autor, y resulta que el tal Vatsyayana fue un escritor que exploró las relaciones lejos de los prejuicios, y uno de los temas que más le interesaron fue el del orgasmo femenino, lleno de tabúes aún en estos tiempos. Y es que, el orgasmo femenino sigue siendo un gran misterio, después de años de investigación, ahora se sabe que justo en el momento del orgasmo, que puede durar hasta veinte segundos, el cerebro de la mujer se “desactiva”. Según cerebros escaneados en mujeres durante el proceso para generar un orgasmo, la mayor parte de la actividad cerebral “se apaga”, como si se tratase de un apagón eléctrico provocado por un relámpago (un apagón en el que todo se ilumina, según algunos testimonios). Quizá de esa teoría surgió el término de “la petite mort” (la pequeña muerte) para denominar al orgasmo.
En fin, si todavía no han leído el Kama Sutra, háganlo, seguro que les gusta. Otra opción es contemplar las ilustraciones que trae el libro, son muy educativas.
Miguel Ángel Rincón Peña