Se me hace muy difícil dejar pasar de largo la actualidad sin comentarla, sentiría que no tengo los píes en el suelo si sólo hablara de lo bien que huelen las calles en primavera, ese azahar que nos transporta a otras épocas, esas tardes de paseos por el lago cuando a punto está el Sol de esfumarse por el horizonte color vino. Hay algo dentro de mí que me obliga a reflexionar sobre materias más mundanas pero que nos afectan directamente. Cómo no comentar nada si el FMI pide bajar las pensiones por "el riesgo de que la gente viva más de lo esperado". Esa gentuza se ha vuelto totalmente desquiciada, el virus del fascismo ha entrado con enorme fuerza en esas cabezas huecas. ¿Que las personas tengan una esperanza de vida mayor significa un riesgo? Estos chorizos dicen cosas así y no se les cae la cara de vergüenza.
Pero los ataques a los derechos de los ciudadanos de a pie parece no tener fin. El Gobierno ha decido reformar profundamente el Código Penal, por lo que, entre otras lindezas, se considerará la resistencia pasiva un atentado a la autoridad, e incluirá como "delito de integración en organización criminal" convocar cualquier concentración violenta por medio de Internet. ¿Nos criminalizarán por ser violentos y también por ser pacíficos? A todo esto le añadimos la reforma laboral, el desempleo que no baja, la subida de los impuestos, etc. Estos señores del gobierno no dormirán por la noche pensando en cómo nos joderán al día siguiente.
Algún lector puede pensar que España tiene lo que se merece, pues ganaron por mayoría absoluta, y es cierto, pero eso no les da el derecho a pisotear todos los derechos que a lo largo de muchos años de luchas consiguieron todos los ciudadanos.
Para acabar, se inventan un Plan de Ajuste para los ayuntamientos, el cual se fundamenta en el pago a los proveedores, que está muy bien, pero no se puede olvidar que supone un ataque frontal, disfrazado de saneamiento, a lo público en general y al municipalismo en concreto. En definitiva: subidas y recortes.
Con tantos problemas, menos mal que tenemos a la Monarquía que a veces nos ofrece su toque de humor, esta vez con las aventuras de Froilán de todos los Santos. En fin, la semana que viene lo mismo escribo sobre fútbol, que ya mismo está aquí la Eurocopa y se acabará la crisis. Por cierto, feliz 14 de abril.
Pero los ataques a los derechos de los ciudadanos de a pie parece no tener fin. El Gobierno ha decido reformar profundamente el Código Penal, por lo que, entre otras lindezas, se considerará la resistencia pasiva un atentado a la autoridad, e incluirá como "delito de integración en organización criminal" convocar cualquier concentración violenta por medio de Internet. ¿Nos criminalizarán por ser violentos y también por ser pacíficos? A todo esto le añadimos la reforma laboral, el desempleo que no baja, la subida de los impuestos, etc. Estos señores del gobierno no dormirán por la noche pensando en cómo nos joderán al día siguiente.
Algún lector puede pensar que España tiene lo que se merece, pues ganaron por mayoría absoluta, y es cierto, pero eso no les da el derecho a pisotear todos los derechos que a lo largo de muchos años de luchas consiguieron todos los ciudadanos.
Para acabar, se inventan un Plan de Ajuste para los ayuntamientos, el cual se fundamenta en el pago a los proveedores, que está muy bien, pero no se puede olvidar que supone un ataque frontal, disfrazado de saneamiento, a lo público en general y al municipalismo en concreto. En definitiva: subidas y recortes.
Con tantos problemas, menos mal que tenemos a la Monarquía que a veces nos ofrece su toque de humor, esta vez con las aventuras de Froilán de todos los Santos. En fin, la semana que viene lo mismo escribo sobre fútbol, que ya mismo está aquí la Eurocopa y se acabará la crisis. Por cierto, feliz 14 de abril.
Miguel Ángel Rincón Peña